Informe Semestral Sobre la Situación de las y los Defensores de Derechos Humanos en Antioquia 2017-1.
El momento inédito que vive Colombia hacia la salida política y terminación del conflicto armado surgido a partir de la firma del Acuerdo de Paz entre el Estado colombiano y las Farc-Ep el pasado 24 de noviembre, abre nuevas perspectivas de construcción democrática de país, merecidas para esta y las generaciones venideras e imprime retos y la utilización de estrategias para la reconciliación nacional, así mismo, merecen todo el análisis y la reflexión social. En esta misma dirección, urge que el Estado y el ELN avancen en la construcción de climas propicios para la continuidad de la Mesa de Quito, de cara al Pacto Social Nacional por la Paz estable y duradera.
Como Nodo Antioquia de la Coordinación Colombia Europa Estados Unidos vemos plausible que, por ejemplo, la cifra reportada por el hospital militar, de militares heridos, muertos, o amputados por ocasión de combates en el conflicto, se ha reducido en un 97,17% con respecto al 2011 (El Espectador, 2017); el solo hecho de una vida salvada constituye un triunfo que por lo menos nos acerca a un mejor país, no significa esto que hemos claudicado la exigencia de las reivindicaciones de los derechos humanos, económicos, sociales, políticos, culturales; es claro que se abren espacios diferentes para continuar estas exigencias y demandas históricas: los espacios de movilización y de participación ciudadana.
Sin embargo, desde mucho antes de que se iniciaran las conversaciones de La Habana se alertó al Gobierno Nacional, sobre los riesgos, amenazas, homicidios y el incremento de todo tipo de vulneraciones existentes contra las y los defensores de derechos humanos y las comunidades en general, así mismo, alertamos del rápido avance, el control social y la presencia de grupos paramilitares en varias zonas del departamento que antes eran de control de las Farc-Ep.
El paramilitarismo continúa siendo la principal causa de los asesinatos y amenazas a las y los líderes; la negación del fenómeno es más que mezquina y peligrosa para el movimiento nacional de derechos humanos en general; le siguen las fuerzas estatales, que constituyen otro actor de agresión contra las y los defensores por sus formas represivas a la protesta social, además la posible aquiescencia en los territorios con grupos paramilitares facilita la criminalidad, el control y la operatividad delictiva de estas estructuras.
Compilación, editorial y edición: Observatorio sobre la Situación de los Líderes y las Lideresas Sociales y Derechos Humanos de Antioquia de la Fundación Sumapaz en asocio con la Corporación Jurídica Libertad.
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[…] Tomado de Fundación Sumapaz, nodo Noroccidente […]